Historias que son cuentos
Cristina
Cristina deseaba sentir una vez mas la electricidad en la punta de los dedos, las contracciones de los primeros orgasmos de su adolescencia. Que le temblara el cuerpo desde la punta de los pelos hasta las uñas de los pies. Necesitaba cuando se acercaba el ocaso de la vida, sentir una vez su cuerpo deseado. Quería lo que le decían que podía obtener sus compañeras de trabajo, algunas mucho mas jóvenes que ella y la mayoría solteras o divorciadas.
Pero Cristina lo quería a Eduardo.
Eduardo era el hombre con el que había pasado los últimos 23 años de su vida. El era el que la había apoyado en los tiempos duros, en los que estudiar era un sacrificio para los dos. Se habían casado cuando ella tenia 23 años y el 7 mas.
Pero como siempre el tiempo hizo lo que habitualmente hace en matrimonios con tantos tiempo juntos. Los había llevado al compañerismo. No se quejaba. No era malo saber lo que iba a decir el otro, de lo que se iba a reir, que le gustaba leer, y que le gustaba ver en la TV. Sabia que día de la semana cogían. A veces solo hubiera bastado saber cuando se iban a morir, para que no trajera ningún conflicto a la pareja. No se quejaba.
Muchas veces, Cristina fantaseaba con fugarse, y desde algún lejano, explicarle a Eduardo, que ya no podia vivir una vida que no la satisfacia. Que al fin habia encontrado un poco de coraje para al fin vivir lo poco o mucho que le quedaba. Que tenía un amante que podia convertirse en un nuevo amor. O tambien, que se habia enamorado de una compañera de trabaja con la que sentía cosas nunca experimentadas antes!
Pero Cristina lo quería a Eduardo.